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Investigadores de la ULPGC describen por primera vez el “síndrome de patera” entre los migrantes


Comprende enfermedades previas al viaje y otras que se desarrollan o agravan durante la travesía
La llegada de migrantes a las costas canarias desde África representa un desafío también en el orden sanitario, puesto que, pese a que quienes emprenden el viaje suelen ser personas sanas, algunos presentan problemas de salud comunes entre ellos que no suelen ser bien conocidos entre el personal sanitario. Por ello, dos investigadores de la ULPGC, Elena Pisos Álamo, del Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas, y José Luis Pérez Arellano, del Instituto de Investigación Biomédicas y Sanitarias (iUIBS), han descrito una nueva entidad clínica denominada “síndrome de patera” para agrupar esta situación patológica y mejorar su abordaje temprano.
El perfil demográfico de los migrantes corresponde generalmente a un varón en la treintena, aunque cada vez tienen más peso las mujeres y los menores; son individuos sanos pero la insalubridad de la travesía afecta de forma importante a su salud. La comida escasea, el agua potable se agota (lo que los lleva a beber agua de mar), y su movilidad está muy limitada tanto por las dimensiones de las barcazas como por el hecho de que viajan atados para evitar el vuelco. Son frecuentes las heridas de diferente profundidad que están en contacto con aguas contaminadas por combustible, orina y heces, lo que favorece infecciones en la piel y en los tejidos blandos.
Entre un 2% y un 3% de los migrantes que arriban a Canarias lo hacen en un estado de salud que precisa de ingreso en un hospital; los miembros de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, a la que también pertenece la doctora Elena Pisos, han relacionado el síndrome de patera con cuadros de deshidratación, daño renal a causa de la rabdomiólisis (una necrosis del tejido muscular que libera su contenido al torrente sanguíneo), hipotermia, shock, afectaciones en la piel, los tejidos blandos y músculo-esqueléticas, y lesiones cutáneas, comunes a casi todos los migrantes atendidos. Hasta una quinta parte de ellos necesitó una intervención quirúrgica, que hecha de forma temprana evitó amputaciones mayores y más traumáticas. De igual forma, se ha constatado una baja prevalencia de infecciones potencialmente transmisibles (sífilis, hepatitis B, VIH, por ejemplo) o fiebres hemorrágicas.
El conocimiento del síndrome de patera permite una atención precoz más eficaz, gracias a la cual disminuyen las complicaciones y mejora la salud de los migrantes. Dado que Canarias es una “puerta a Europa” (sólo en 2024 se superaron las 60.000 llegadas) reconocer esta entidad clínica es de singular interés para la comunidad sanitaria y para la adopción de políticas públicas mejor informadas.
Este trabajo se ha dado a conocer en la revista científica Medicina Clínica, una publicación mensual de contenido clínico editado en España.