Investigadores del Instituto de Sanidad Animal publican un reportaje sobre la ciguatera en la revista de la Sociedad Atlántica de Oceanógrafos ‘Okeanos’

24 Oct 2019

*La publicación Okeanos, que dirige el profesor José Juan Castro y se edita semestralmente, cuenta con la colaboración de investigadores y docentes de la ULPGC

 

Imagen del artículo, publicado en el número 9 de la revista OkeanosLa revista Okeanos, publicación semestral de la Sociedad Atlántica de Oceanógrafos (SAO) que dirige el profesor José Juan Castro, incluye en su noveno número, correspondiente a los meses de Julio-Diciembre de 2019, el reportaje “El cambio climático y sus consecuencias: La ciguatera. Un ejemplo tóxico que afecta a la salud humana”.

 

El artículo está suscrito por los investigadores del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Fernando Real, Natalia García Álvarez, Julián A. Sánchez Henao, Freddy Silva Segent, María J. Ramos Sosa, Daniel Padilla y Antonio Fernández, y en el mismo indagan sobre la aparición de la ciguatera en Canarias y su relación con el cambio climático.

 

La ciguatera es una enfermedad que afecta a los peces y que puede ser transmitida a los humanos a través del consumo de ejemplares infectados. Según señalan los investigadores en el artículo, “la primera referencia documentada de este episodio en las Islas Canarias corresponde al año 2004, cuando 9 personas se intoxicaron tras el consumo de un medregal (Seriola sp.), lo cual supuso el primer registro de la enfermedad”. Hasta la fecha, se han confirmado 19 brotes de ciguatera, que han afectado a un total de 117 personas.

 

La causa de esta enfermedad se corresponde con varias especies de microalgas bentónicas ‘Gambierdiscus’, presentes en aguas canarias, y que al multiplicarse producen una toxina (ciguatoxina), que se acumula a través de la cadena trófica.

 

La presencia de esta toxina no produce ninguna modificación en el color, olor o sabor del pescado y, además, no puede ser eliminada alterando su temperatura, por lo que aún no existe ningún método fiable de diagnóstico de la enfermedad en la medicina humana, así como tratamientos específicos para las personas infectadas.

 

“Un ejemplo de episodio tóxico que afecta a la salud humana”

El ser humano, al consumir pescado contaminado, puede sufrir importantes signos clínicos que se inician generalmente entre los 10 minutos y las 24 horas tras el consumo. Y el comienzo de los síntomas suelen ser manifestaciones gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarreas, etc.), que suelen ir seguidos de signos que afectan al aparato circulatorio (incremento de las pulsaciones y drástica bajada de la tensión arterial, entre otros). Pero los síntomas más complejos son los de tipo neurológico, que pueden tardar muchos meses en desparecer de la persona afectada (dolores articulares y musculares, hormigueo en los dedos de las manos y los pies, sensación térmica invertida al tocar algo caliente o frío). En algunos trabajos internacionales, se describe que un pequeño porcentaje de las personas afectadas de ciguatera pueden llegar a morir, pero afortunadamente esto no ha ocurrido nunca en Canarias.

 

Protocolo oficial de control de la ciguatera en Canarias

La IUSA de la ULPGC colabora con el Gobierno de Canarias desde el 2009 en los análisis de peces de riesgo.

La prevalencia actual de la enfermedad en algunas especies de peces de Canarias se calcula entre el 10,5 y el 13%. Por ello, en el año 2015, y con la finalidad de dar mayor protección al consumidor, se creó la Red de Vigilancia Epidemiológica de Canarias, considerando la ciguatera como enfermedad de declaración obligatoria en Canarias.

 

Proyecto Eurocigua

Ante la evidencia del incremento actual del número de casos de ciguatera en Europa, en el 2016 se puso en marcha el Proyecto Eurocigua, financiado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y en el que colabora el IUSA, junto a más de 18 instituciones europeas.

Se ha comprobado que muchos casos de ciguatera han sucedido tras la importación de pescado de algunas zonas endémicas, como la India. En otros casos, se ha verificado que el origen se ha debido a ciudadanos que han llegado a Europa después de haber permanecido algún tiempo en zonas del mundo en las que tradicionalmente ocurre una presencia constante de la enfermedad. Y, el último grupo de casos de interés está representado por zonas, como las Islas Canarias, donde se ha producido la aparición de la enfermedad en un área en la que tradicionalmente no existían evidencias previas documentadas.

 

Conclusiones

Actualmente, la ciguatera es la intoxicación más grave que existe en el mundo. Se estima que cada año se ven afectadas entre 50.000 y 200.000 personas y su presentación ocurre fundamentalmente en latitudes intertropicales.

Los investigadores señalan que “debemos acostumbrarnos a medio plazo a la presencia y expansión de estas toxinas en el Archipiélago Canario”. Por lo tanto, también puede producirse un incremento de especies afectadas por la enfermedad, así como de sus consecuencias directas, fundamentalmente para especies marinas y la propia especie humana.

 

Revista Okeanos

Este nuevo número de la publicación de la Sociedad Atlántica de Oceanógrafos incluye otros reportajes y estudios del ámbito oceanográfico y marino elaborados por docentes e investigadores de la ULPGC. Entre los temas destacados, se señalan los siguientes: ‘Escenarios paleoclimáticos de las Islas Canarias’ por Alejandro Lomoschitz Mora-Figueroa, profesor de Ingeniería del Terreno; o ‘Biomarcadadores para evaluar el estado de salud de las comunidades biológicas’ por los investigadores de la ULPGC Ico Martínez, Alicia Herrera, Theodore T. Packard y May Gómez, entre otros.