El Rector Rafael Robaina participa con un editorial en el boletín que edita diariamente la plataforma de divulgación científica 'The Conversation'

El Rector de la ULPGC, Rafael Robaina, ha participado con un editorial en el boletín que edita diariamente la plataforma de divulgación científica The Conversation, con una reflexión sobre los efectos colaterales del covid-19, en concreto sobre la gestión universitaria.

El texto es el siguiente:

 

Collateralis

Entendemos por colateral el concepto que designa el efecto que acompaña a un elemento principal. Aplicado este concepto al caso del virus SARS-COV-2 que azota actualmente a la humanidad, no cabe duda de que el efecto principal es el sanitario, que estamos intentando afrontar con las medidas de confinamiento. Pero, muy pronto, de hecho ya, están apareciendo otros efectos de carácter social y económico que se prolongarán a lo largo del tiempo, después incluso de que desaparezca el virus, y que pueden encuadrarse en el ámbito conceptual que designa el término colateral. Mucho se ha escrito acerca de todas las consecuencias principales y colaterales de este suceso en The Conversation, mucho estamos aprendiendo.

Desde la perspectiva de la gestión universitaria, el traslado de la actividad académica presencial al espacio virtual es, sin duda, un efecto colateral. Es cierto que, de esta experiencia, extraeremos algunos efectos positivos, pero, en el camino, nos van a quedar también otros que pueden definirse a través de los matices negativos a los que remiten algunas acepciones del término, especialmente las que aluden al valor de efecto pernicioso que se usa en medicina y farmacia. Hemos de reconocer que esta adaptación no ofrece un tránsito fácil para la comunidad universitaria, porque la enseñanza en línea no es solo la utilización, más o menos diestra, de los soportes metodológicos del campus virtual universitario, como tampoco puede ser considerado el mero uso de las tecnologías de la información y la comunicación, porque, realmente, lo que nos hemos visto obligado a hacer constituye un cambio de paradigma.

Y, sin embargo, el efecto SARS-COV-2 ha provocado que hayamos llevado a cabo el traslado de la actividad académica de una universidad presencial a una modalidad fundamentalmente no presencial en el transcurso de solo unos pocos días, cuando cualquier intento razonable de introducir en una universidad presencial metodologías e-learning, aunque sea de forma no generalizada, constituye un proyecto que debería trazarse a largo plazo, dada la complejidad de los procedimientos que implica: formación de académicos, formación del alumnado, desarrollo de materiales y procedimientos, entre otros.

Se trata de un cambio muy profundo: llevamos siglos de enseñanza superior presencial fundamentada en la transmisión de conocimiento que, si bien ha recibido modificaciones importantes a partir de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior mediante la transformación de determinados conceptos como el de crédito ECTS, ha sido solo eso, una matización de nuestras metodologías esenciales.

Se reconoce abiertamente que nunca antes se había realizado un apagado y encendido de la economía como el que ahora se pretende. Tampoco antes se había producido nunca un giro tan espectacular en los fundamentos de la dinámica académica universitaria. Para ambos efectos colaterales necesitamos ahora la misma paciencia y el mismo espíritu de lucha que está demostrando la ciudadanía española al enfrentarse con el efecto principal, el sanitario, de esta crisis generada por el coronavirus #estolosacamosentretodos.

Rafael Robaina Romero

Rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Catedrático de Biología