El potencial de las algas canarias y del resto de la Macaronesia para crear productos biotecnológicos abre las puertas al crecimiento de la Economía Azul en las islas


*Un artículo científico publicado en el ‘Journal of Applied Phycology’ y firmado por investigadores de cinco universidades, dos de ellos del Instituto Universitario ECOAQUA de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, demuestra el potencial de las algas de los fondos marinos de los archipiélagos de la Macaronesia para usos de interés comercial, como la generación de biodiesel y productos farmacológicos

Investigadores del Instituto Universitario EcoAqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) participan en un estudio que pone en relieve la enorme riqueza que se oculta en las algas marinas de las costas de Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde para la explotación en el sector de la Blue Economy – Economía Azul – dadas sus propiedades químicas y biológicas para la generación de productos como el biodiesel, coloides industriales y otras aplicaciones de gran potencial comercial

La investigación llevada a cabo en estrecha colaboración entre las universidades de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), La Laguna (ULL) y de Azores, ha detectado y descrito más de 50 especies de macroalgas que crecen en las costas de los archipiélagos macaronésicos con diversas propiedades de amplio interés industrial y comercial, lo que las convierten en candidatas de excepción para su desarrollo en sectores como la alimentación, la farmacología, la cosmética, la agricultura o el combustible verde, entre otras áreas económicas claves en el actual proceso de cambio de paradigma mundial hacia una economía medioambiental y socialmente sostenible. 

El estudio publicado en el ‘Journal of Applied Phycology’ está firmado por los investigadores Ricardo Haroun (subdirector del  Instituto Universitario de Acuicultura y Ecosistemas Marinos Sostenibles (IU-ECOAQUA) y responsable del Grupo en Biodiversidad y Conservación (BIOCON); María Ascensión Viera Rodríguez del Grupo de Ecofisiología de Organismos Marinos (EOMAR) del IU-ECOAQUA; María Candelaria Gil Rodríguez y María Machín Sánchez del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la ULL; y Ana Isabel Neto, investigadora del Departamento de Biología de la Universidad de las Azores.

Desde la década de los 80, los esfuerzos de la investigación sobre las especies de algas presentes en la Macaronesia se han centrado en el estudio de su distribución, reproducción y estructura de sus poblaciones en Azores, Madeira, Islas Salvajes y Canarias. También, aunque con un cierto retraso temporal y menor esfuerzo humano, en las islas de Cabo Verde se está empezando a valorizar este recurso biológico marino.  

El análisis comparado y, a la luz de las recientes investigaciones que llevan a cabo las tres universidades implicadas, ha permitido ahora catalogar la diversidad de las macroalgas por su interés comercial, determinando al menos 9 tipos de algas verdes, 14 tipos de algas pardas y 29 tipos de algas rojas con potencial para su aplicación industrial. El aprovechamiento de todas estas especies abre las puertas al desarrollo del emergente sector de la biotecnología marina, que podría promover de forma inigualable el crecimiento económico de los distintos archipiélagos, gracias a sus características de sostenibilidad y sus condiciones socioeconómicas y medioambientales. 

Según se desprende de este estudio, además, existen datos fehacientes de que la importancia de la cosecha y secado de distintas especies de algas rojas y su utilización para la extracción de productos industriales de alto valor añadido era conocida en Canarias desde mediados del siglo XX, cuando se realizaron los primeros intentos para su explotación y exportación a la península, así como a Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Francia. Sin embargo, a pesar de que los hechos corroboran la consecución de un producto final de excelente calidad, aquella incipiente producción fue paralizada a finales de los años setenta al ser poco rentable como consecuencia de los altos costes de transporte hasta los destinos finales. 

El artículo concluye calificando de “prometedor” el desarrollo del sector de la biotecnología azul en la región de Macaronesia, ya que a través del desarrollo de la acuicultura de algas marinas y la investigación aplicada se mejorará la producción de productos de mercado novedosos. También indica la necesidad de una mayor implicación y apoyo de las administraciones regionales en I+D+i que promuevan avances más rápidos en el conocimiento aplicado, entre otras cosas, para definir las mejores condiciones para el cultivo de las especies seleccionadas en cada región y obtener una producción comercial de biomasa. En este sentido, se puede desarrollar un campo industrial nuevo, basado en la biotecnología marina, de alta valor añadido y consecuentemente nuevos puestos de trabajos cualificados.

Por estos motivos, y por experiencias similares registradas en otras zonas geográficas con macroalgas de interés comercial, los investigadores consideran de vital importancia “el intercambio de información entre agencias gubernamentales, con responsabilidades de la industria, así como la educación y la comunicación a nivel local” para facilitar el fomento de la recolección responsable de las algas y el crecimiento de este incipiente y fructífero sector económico de tanta relevancia en nuestro siglo.