Un investigador de la ULPGC indaga sobre la antigüedad y el origen de los fósiles hallados en Lanzarote

03 Oct 2016

El profesor LomoschitzEl profesor del Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Alejandro Lomoschitz, ha participado en dos nuevas investigaciones sobre el yacimiento de fósiles del macizo de Famara en Lanzarote, según informa la Agencia EFE. 

Lanzarote es una isla volcánica que emergió del océano hace millones de años, lo que significa que todas sus formas de vida, sean flora o fauna, han llegado a ella de fuera en varios momentos de un pasado más o menos remoto. Debido a la distancia que separa a la Isla de África, así como las profundidades marinas que alcanzan hasta los 1.300 metros, los expertos han descartado que la Isla tuviese en algún momento de su historia un paso seco que conectase la Isla con el continente. 

El investigador de la ULPGC ha participado en dos equipos científicos diferentes: el primero, con el profesor Lomoschitz como investigador principal y en el que también participó el investigador de la ULPGC Joaquín Meco, estuvo formado principalmente por investigadores de centros españoles y revisa a fondo los estratos fósiles del yacimiento y su cronología. Los investigadores concluyeron que los depósitos se generaron en un periodo comprendido hace entre 4,30 millones de años (la edad de la colada volcánica sobre la que se asientan) y 3,78 millones de años (la edad de la colada que los cubrió). En esa franja de 700.000 años de historia de la Isla, los científicos han encontrado en el yacimiento del Macizo de Famara siete huevos de ratites (un antepasado del avestruz), varios huevos de tortugas terrestres y numerosos caracoles terrestres. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista científica “Journal of African Earth Sciences”

La segunda investigación en la que participó el profesor Lomoschitz, realizada por un equipo de investigadores de tres países diferentes (España, Francia y Sudáfrica) y cuyos resultados han sido publicados en la revista "The Science of Nature", desarrolla una técnica capaz de deducir el hábitat de un ave a partir de la cáscara de sus huevos, por el rastro que deja en forma de isótopos de oxígeno, así como el tipo de agua que ingieren directa o indirectamente (dulce o salada). Y concluye que los huevos de Famara no son de un ave marina, sino terrestre. 

Los dos trabajos permiten acotar más la datación de ese yacimiento, al que hasta ahora se atribuía casi dos millones de años más de antigüedad (entre 6 y 5,3 millones de años) y,Huevos de ratite encontrados en el yacimiento de Famara sobre todo, aportan algunas claves distintas sobre el clima que debía haber en ese momento en la isla: "Aunque la mayoría de los depósitos sean eólicos, llama la atención la gran cantidad de caracoles, lo que indica que tenía que hacer humedad", añade el profesor Lomoschitz.

En cuanto al gran misterio que rodea al origen de las avestruces, aves terrestres no voladoras, el primer artículo defiende que la geología de Canarias permite descartar las dos hipótesis planteadas en los años setenta por los descubridores del yacimiento: que Lanzarote hubiera formado parte del continente africano o que existiera una cadena de pequeños islotes, hoy desaparecidos, entre su costa y la de Marruecos que facilitara el cruce a la fauna "en pequeños saltos entre islas".

Lomoschitz asegura que quizás la incógnita se resuelva pronto. De hecho, los autores que le acompañan en esos artículos creen haber aportado claves geológicas, cronológicas y paleogeográficas para abordar esa cuestión y anuncian que, "en breve", publicarán un nuevo trabajo con ese objetivo en concreto.