El Catedrático de la ULPGC Roberto Moreno narra en el Diario.es como conoció a los padres de la Cibernética

26 Mar 2015

El Catedrático emérito de la ULPGC,  Roberto MorenoEl diario.es, en su sección Hoja de router.es, dedicada a las nuevas tecnologías, publica una información sobre Walter Pitts y Warren McCulloch, padres de la cibernética, que está elaborada por Roberto Moreno Díaz, Catedrático emérito de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, discípulo e íntimo amigo de McCulloch durante su estancia como investigador en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en los años 60. El artículo incluye también fotografías de la época en la que coincidieron los científicos.

En un completo artículo el profesor Moreno desvela diferentes anécdotas en las que explica como "Warren quería desarrollar un modelo de funcionamiento del cerebro". Walter Pitts era un genio atormentado, que huyó de su hogar cuando era adolescente para cumplir su sueño: aprender lógica. En los años 40, el neurocientífico Warren McCulloch le acogió en su casa y juntos desarrollaron la primera teoría matemática del cerebro. La historia de estos dos científicos revolucionarios no tuvo un final feliz y su investigación siempre se asoció con la inteligencia artificial pese a que sus ideas iban mucho más allá, explica Roberto Moreno.

"Ellos crearon un modelo teórico de cómo funciona el cerebro, el primer modelo, erróneo pero el primero", detalla Moreno. "Es una primera teoría formal de cómo unidades básicas, sencillas,Warren McCulloch, Louis Sutro (uno de sus últimos colaboradores) y el catedrático emérito de Roberto Moreno en el despacho de McCulloch en el MIT. Imagen cedida por Roberto Moreno conectadas, pueden computar por lo menos lo que por entonces era la máquina de computación más compleja, la máquina de Alan Turing (el diseño abstracto de una computadora con una memoria infinita)". McCulloch y Pitts no querían simplemente conocer cómo funcionaba una máquina; deseaban descubrir cómo trabaja un sistema mucho más potente: nuestro cerebro.

Roberto Moreno se incorporó a la plantilla del Laboratory of Electronics y al Charles Stark Draper Laboratory del MIT en 1965. Nunca conoció a Pitts, aunque erasupuestamente su compañero de laboratorio. "Lo que me dijeron fue que se había suicidado, pero no era verdad que se hubiera muerto, sólo se había suicidado socialmente, cognitivamente". 

Pitts se dio a la bebida y dedicó sus últimos años a la lectura. Moreno cuenta que Walter Pitts vivía entonces "como el que se va a morir mañana, leyendo por leer". Falleció en 1969 y ese mismo año murió también Warren McCulloch, su gran aliado.